Arrastro los pies hincados en la piedra; el maligno a mis espaldas. Las ratas se deslizan por la pared. Varios metros cada siglo. Se acercan. Grito con voz de roca. El mudo sonido se expande hasta los sótanos. ¿Por qué nadie me ayuda?
miércoles, 7 de diciembre de 2011
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