Aquí, en la hermosa aluvial llanura, frente a la pradera devoradora de sal, aquí habito. Lugar sin rocas, destripado, como encerrado en reloj, derramándose en permanencia. Tiempo medido en distancia robada a la mar. Sepultadas las huellas. Camino por una orilla cargada de rastros, los que no veis. Aquello que nos define.
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